19 marzo, 2024
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Lifting Madrid: una esperanza rejuvenecedora

¿Se siente joven pero su apariencia física dice lo contrario? ¿Está cansado de tener arrugas en la zona del cuello? ¿Ha probado todo tipo de crema y no ha sido suficiente? El lifting Madrid es un tratamiento que le devolverá la juventud a esas personas que consideran que nada les ayudará definitivamente.

Ante unos tejidos que no responden de la misma manera a tratamientos tópicos y unas arrugas que se ven cada vez más pronunciadas, lo recomendable es recibir el asesoramiento de un cirujano experto en un procedimiento llamado ritidectomía. Este consiste en retirar la piel flácida de la región submandibular y alta del cuello y tensar la epidermis que recubre esta zona.

Asimismo, hace posible la recuperación del ángulo cervico-mandibular, retirando la grasa excedente. Bajo otras circunstancias, un paciente de cualquier edad con estas características no lograría esconder los signos del envejecimiento de ninguna forma, perdiendo brillo en el rostro, y lozanía.

El lifting de cuello se asocia a otra intervención llamada lipoaspiración de papada, que ayuda en los casos en los que existe una flacidez pronunciada y deteriora la imagen considerablemente. En algunas ocasiones, no hay esa ninguna grasa excedente y, por ende, la debilidad de la superficie se soluciona con ese proceso.

El reto del lifting: lograr resultados naturales

Las operaciones estéticas se deben realizar con muchísima delicadeza para que se noten lo menos posible. Sobre todo, en el caso del lifting que se aplica en un área tan importante como lo es la cara, es fundamental que el especialista maneje las técnicas avanzadas con precisión, para que luzca perfecto.

Con el objetivo de ejecutar un trabajo impecable, los expertos hacen incisiones en la parte trasera de las orejas, que puede extenderse hacia el cuero cabelludo retroauricular, dependiendo del estado de los tejidos. A partir de aquí, se despega la piel submandibular para acceder al sistema muscular y aponeurótico que se refuerza.

La piel que sobra se recorta y, posteriormente, se procede a hacer unas suturas con puntos sin tensión y delicados, que sean imperceptibles. Si es necesario, se corrigen los bordes del músculo platisma, que generan una deformación típica de los cuellos envejecidos.