El plástico es el material de esta época. Si en el pasado la cerámica, la madera, los metales y el vidrio tuvieron su momento estelar, no hay duda de que en el presente los protagonistas son los polímeros. Y dentro de la amplia diversidad existente en este universo, destacan de manera notable los envases PET fabricantes.
Lo que sucede es que, en el mundo, el máximo esfuerzo tecnológico y mercantil se ha dedicado a la maquinaria que transforma el tereftalato de polietileno, como se le conoce en el idioma español, en objetos prácticos. Grandes desarrollos e inversiones cuantiosas han sido utilizados en el diseño y fabricación de líneas de montaje que elaboran, a elevadas velocidades, el número de unidades necesarias para satisfacer el creciente mercado.
Las ventajas de emplear el PET
Las botellas y frascos se producen por procesos de soplado, inyección o extrusión. La atracción por el PET se debe, en parte, a sus excelentes propiedades físicas y químicas. Entre ellas encontramos:
- Limpidez y brillo.
- Alta resistencia a los golpes sin afectar el aspecto.
- Barrera efectiva contra los gases, lo que lo hace apto para el embotellamiento de refrescos (bebidas carbonatadas) y recientemente de cerveza. También hace impenetrable a los aromas.
- Eficiente aguante de aceites comestibles, soluciones diluidas de ácidos minerales, bases, sales, detergentes, alcoholes y ciertas clases de hidrocarburos.
- Fácilmente esterilizable. Su uso es seguro y fue aprobado para contener alimentos. Puede emplearse en el microondas.
- Moldeable térmicamente, liviano y tolera bien los tintes.
Adicionalmente, la relación coste/beneficio es muy baja. Esto permite que los productos envasados en este tipo de contenedores sean accesibles a la gran mayoría de la población, aún en los países de mayor depresión económica. Asimismo, la variabilidad de precios es pequeña comparada con la de otros plásticos.
Por otro lado, el tereftalato de polietileno es 100% reciclable. La única desventaja es que las temperaturas de proceso no son lo suficientemente altas para garantizar la esterilización. Así, el RPET no tiene aplicación en la industria alimenticia. Pero, ya sea que se trate de la versión original o la reciclada, evidentemente seguirá prestando enormes servicios a la humanidad por mucho tiempo.
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